La Terapia de Lenguaje es la especialidad dentro del campo de la rehabilitación que se encarga de la evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos relacionados con el lenguaje, habla, audición y deglución tanto en niños como en adultos con y sin discapacidad.
Diana Sarabia, licenciada en terapia de lenguaje del Hospital General Docente de Calderón, señala que éste es el tratamiento correspondiente para corregir problemas en el habla o dificultades de aprendizaje y uso del lenguaje, siendo los menores de edad, los pacientes con mayor incidencia, debido a que es en la edad temprana donde el lenguaje se aprende y desarrolla. Sin embargo en el caso de existir daño neurológico el progreso del paciente es distinto ya que según el tipo de trastorno que presente el paciente, se evalúa para determinar el plan de tratamiento.
En el caso de niños, para un refuerzo de fonemas o en problemas de pronunciación, se trabaja con láminas y objetos concretos que siempre es material lúdico y didáctico; en adultos afásicos, que es una pérdida adquirida en el lenguaje oral, se usa números, letras, frecuencias, descripción y ejercicios de memoria, de concentración y atención, así mismo en adultos mayores, que presentan problemas en la voz, audición lenguaje por traumatismos cráneo encefálicos, por daño neurológico, degenerativo u orgánico.
El caso de Fernanda, madre de Karlita de 5 años (de la población de mayor incidencia), llegó hace casi un año, referidas desde el Centro de Salud de Marianitas con la niña sin poder hablar sino expresarse solo con sonidos y pocas palabras, ahora ya logra expresarse y aunque aún tiene problemas de pronunciación que son superables, traen un proceso satisfactorio “a mija no se le entendía, hablaba a medias…el proceso has sido largo pero se ha llegado a grandes resultados, el servicio que brindan en este hospital nos ha ayudado mucho a quienes tenemos la necesidad de tener este servicio bueno y cerca”
Sarabia resalta la importancia de consultar y tratar a tiempo cualquier tipo de anomalía relacionadas al lenguaje ya que la recuperación puede volverse más compleja y larga si no se toman acciones concretas y tempranas. Durante el 2017 el servicio de Fisiatría y Rehabilitación ha realizado 9605 terapias de lenguaje y atiende en un horario de lunes a viernes desde las 7:00 hasta las 15:30.
Alejandro y su esposa acaban de tener a su primer hijo, llegaron al Hospital General Docente de Calderón referidos desde el centro de salud de San Juan. Además de su gran felicidad por la llegada del pequeño Ethan, se sienten muy agradecidos con el personal del HGDC.
“Me pareció una atención adecuada por el nivel y categoría que todo el mundo conoce que tiene este hospital, todo el personal brinda una atención muy humana y profesional…además me parece muy propicio que cuenten con una brigada del Registro Civil para poder realizar la inscripción aquí mismo, es una gestión excelente para poder registrar a nuestros hijos a tiempo y reducir los trámites”.
Las brigadas móviles del Registro Civil realizan la inscripción gratuita de niños de hasta 90 días de nacido, todos los miércoles de 10h00 a 16h00 en la oficina de Estadística del Hospital, para lo cual, los padres deben acercarse con su documento de identidad.
Hace casi dos años, Tania dio a luz mediante cesárea de emergencia a su pequeña hija, una bebé que con prematurez extrema y complicaciones en su salud, se fue al cielo tras una larga estancia en el área de Neonatología de una clínica privada. Su mamá, Tania, que vive en el norte de Quito y pasaba todos los días junto a ella mientras estuvo hospitalizada, pudo acompañar a otras madres y recién nacidos que también luchaban por su vida.
Algunos de ellos, pequeños y delgados, no toleraban la fórmula láctea, su cuerpecito rechazaba este alimento artificial y su condición de salud necesitaba de manera urgente los anticuerpos y nutrientes de la leche materna, que en ocasiones por la prematurez de su recién nacido o su condición de salud ellos no pueden succionar, causando una reducción de la producción de leche de su madre lo que complicaba aún más la situación de los neonatos.
Tania comenta que tenía mucha leche cuando su bebé falleció y aunque ella se fue al cielo, la leche se seguía produciendo, quería donarla, era el regalo de su hija para otros niños que la necesitaban. Sin embargo, aunque buscó en muchos lugares y en internet, a Tania no le fue posible donar leche materna por el desconocimiento de las clínicas sobre los sitios para la donación y recordando señala: “Habían madres que no tenían leche para los niños de Neonatología y yo no sabía cómo donar y ayudar, entonces decidí hacer algo”.
Así, investigando en los medios y en su computador, encontró el testimonio de otra madre, que había donado su leche en el Hospital Docente de Calderón (HGDC), y tras pedirle ayuda, pudo contactar al Banco de Leche Humana, ubicado en el norte de Quito.
Este Banco de Leche es uno de los 9 existentes en todo el país y fue inaugurado en febrero de 2016, con el objetivo de fomentar adecuadas prácticas de lactancia materna y asegurar la alimentación y cuidado de los lactantes más vulnerables del norte de la capital, para lo cual cuenta con un equipo de médico, nutricionista y auxiliares de enfermería, que día a día asesoran a las pacientes y ciudadanos en general como Tania, para que conozcan los beneficios de la lactancia materna y las formas para una extracción adecuada, que alimente y beneficie la salud de los bebés y de las madres.
Es así, que el equipo del Banco de Leche del HGDC realiza visitas domiciliarias cada martes y jueves a las madres de Quito, para capacitarles y posteriormente coordinar con ellas el almacenamiento adecuado de la leche materna en el hogar y la entrega de frascos de leche materna donada, que son trasladados y pasteurizados en Calderón.
Trascurrido un año de estos acontecimientos, Tania quedó nuevamente embarazada, esta vez con un embarazo de alto riesgo por el que tuvo que mantener reposo absoluto y contar con seguimiento permanente de los médicos, a más de renunciar a su trabajo para poder cuidar la vida que llevaba en su vientre. Felizmente, superó la etapa crítica del embarazo y hoy lleva en sus brazos a José Elías, un pequeño muy dinámico y risueño que se ha convertido en la alegría del hogar. En esta nueva oportunidad de ser madre, ella cuenta con leche suficiente y con la información que había investigado, sus vivencias y sus ganas de ayudar, decidió convertirse en una donadora activa del Banco de Leche del Hospital Docente de Calderón.
Tania comenta que recibió la visita de una médico nutrióloga del Hospital en su casa, en donde le enseñaron personalmente cómo se debe hacer el proceso de extracción y las medidas de higiene para la madre, además le informaron que mientras dure la donación, el bebé sería sometido a chequeos nutricionales mensuales en el Hospital, para asegurar su adecuado crecimiento y para que su madre pueda donar el excedente de leche materna que el pequeño José Elías no va a consumir.
“Siento que puedo contribuir en algo a otras mamás y bebés. Aunque quisiera hacer más, pero sé que ayudo a otros niños que lo necesitan, por eso la leche materna que dono, además de llenar mi corazón, llena a otras mamás y sus bebés… la Lactancia Materna me provoca amor puro, entrega total y felicidad al dar el seno a mi hijo, a través de la lactancia le brindo algo maravilloso que me da una conexión fuerte con él. No solo contribuye con los nutrientes que le fortalecen, sino con el apego emocional y los lazos de seguridad para su crecimiento y hasta cuando sea adulto. Esta experiencia es única.”
La leche materna es considerada el alimento ideal para recién nacidos y niños menores de 2 años, a nivel mundial las investigaciones científicas han demostrado que contiene anticuerpos que ayudan a proteger a los bebés de las enfermedades infantiles comunes, como la diarrea y la neumonía y además beneficia a las madres, pues reduce los riesgos de cáncer de mama y ovarios, diabetes y depresión posparto.
Marco Galarza, esposo de Tania, con una sonrisa en su rostro comenta: “dar de lactar es dar vida y por eso me siento profundamente orgulloso y lleno de admiración hacia mi esposa por el gran amor desinteresado con el que brinda su leche materna para el crecimiento y desarrollo de niños que se encuentran en real necesidad de este importante alimento”.
La lactancia materna impacta positivamente en la salud de las personas durante toda su vida, al reducir el riesgo de tener sobrepeso, obesidad o diabetes en la adolescencia y adultez, así como mejorar el rendimiento escolar y profesional. Por esta razón Tania deja sus mensajes a las demás madres y les dice: “me encantaría poder ayudarles para que encuentren información sobre la ayuda que cada una puede brindar al dar un poquito de leche. Mi experiencia con mi hija fue muy dura y vi las condiciones de otros bebés en Neonatología que requerían leche materna de forma indispensable para su alimentación, por esta razón, que los bebés puedan recibir leche materna es una bendición que les abre nuevas expectativas en su tratamiento y una pronta recuperación, por eso la donación de leche materna, es algo que todas las madres debemos promover”.
La unidad de salud ocupacional se encarga de varios aspectos entre esos el psicológico y en el HGDC cuenta con una asesoría del servicio de salud mental que conjuntamente buscan reducir los niveles de agotamiento psicológico y el riesgo laboral. Cuando hay un agotamiento psicológico del trabajador se le llama síndrome de Burnout que implica cambios psicológicos para la persona, la familia y el entorno laboral.
El síndrome de Burnout, es un trastorno emocional que está vinculado con el ámbito laboral, el estrés causado por el trabajo y el estilo de vida del empleado y puede tener consecuencias graves, tanto a nivel físico como psicológico.
Francisco Cabezas, médico psiquiatra del HGDC, señala que los síntomas cambian el comportamiento del individuo, si hay un alto nivel de frustración frente al trabajo el profesional se pone irritable, desparece la motivación que había inicialmente al ir al trabajo, puede existir una des personificación, el trabajador no se identifica y se puede ver reflejado un cambio con el manejo del paciente.
El agotamiento en el ambiente laboral como en el personal es más frecuente en las personas que tienen una motivación enorme por ayudar al otro y que pueden encontrarse con factores externos que no le permiten llegar a cumplir a cabalidad su intención y es cuando se puede presentar frustración y al no presentar este estado una evolución o respuesta se presenta el agotamiento y la empatía se va perdiendo.
Andrea Proaño, psicóloga clínica, indica que en el HGDC actualmente se encuentra recopilando información en el servicio de emergencias, que al estar en constante manejo del paciente en situaciones difíciles es una de las más propicias para que se presente éste agotamiento; y comenta además que aunque el Hospital sea un hospital joven, los profesionales pueden traer consigo experiencias laborales anteriores que pueden generar este trastorno. Para este efecto se aplican reactivos psicológicos laborales que permiten medir los riesgos psicológicos.
Bajo estas circunstancias el tratamiento psicológico, basado en conversación como herramienta principal permite cambiar para mejorar una situación no deseada y en el caso de complicaciones con síntomas depresivos, humor depresivo, insomnio, irritabilidad, falta de gusto por las cosas, pérdida del apetito, quizá sea necesario aplicar un tratamiento farmacológico.
Cuando el profesional reconoce que la vida cambia, que no está bien emocionalmente, no se debe dilatar el tiempo de espera hasta pedir asesoría. Para el profesional que esté en contacto permanente con el usuario y sospecha del trastorno la primera medida es acercarse a la unidad de salud ocupacional para ser valorado y si es el caso referir al especialista adecuado quien evaluará las situaciones que generan el estrés y la ansiedad en el trabajador para tomar decisiones y medidas adecuadas para reducir y mejorar la vida del profesional.
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