La unidad de salud ocupacional se encarga de varios aspectos entre esos el psicológico y en el HGDC cuenta con una asesoría del servicio de salud mental que conjuntamente buscan reducir los niveles de agotamiento psicológico y el riesgo laboral. Cuando hay un agotamiento psicológico del trabajador se le llama síndrome de Burnout que implica cambios psicológicos para la persona, la familia y el entorno laboral.
El síndrome de Burnout, es un trastorno emocional que está vinculado con el ámbito laboral, el estrés causado por el trabajo y el estilo de vida del empleado y puede tener consecuencias graves, tanto a nivel físico como psicológico.
Francisco Cabezas, médico psiquiatra del HGDC, señala que los síntomas cambian el comportamiento del individuo, si hay un alto nivel de frustración frente al trabajo el profesional se pone irritable, desparece la motivación que había inicialmente al ir al trabajo, puede existir una des personificación, el trabajador no se identifica y se puede ver reflejado un cambio con el manejo del paciente.
El agotamiento en el ambiente laboral como en el personal es más frecuente en las personas que tienen una motivación enorme por ayudar al otro y que pueden encontrarse con factores externos que no le permiten llegar a cumplir a cabalidad su intención y es cuando se puede presentar frustración y al no presentar este estado una evolución o respuesta se presenta el agotamiento y la empatía se va perdiendo.
Andrea Proaño, psicóloga clínica, indica que en el HGDC actualmente se encuentra recopilando información en el servicio de emergencias, que al estar en constante manejo del paciente en situaciones difíciles es una de las más propicias para que se presente éste agotamiento; y comenta además que aunque el Hospital sea un hospital joven, los profesionales pueden traer consigo experiencias laborales anteriores que pueden generar este trastorno. Para este efecto se aplican reactivos psicológicos laborales que permiten medir los riesgos psicológicos.
Bajo estas circunstancias el tratamiento psicológico, basado en conversación como herramienta principal permite cambiar para mejorar una situación no deseada y en el caso de complicaciones con síntomas depresivos, humor depresivo, insomnio, irritabilidad, falta de gusto por las cosas, pérdida del apetito, quizá sea necesario aplicar un tratamiento farmacológico.
Cuando el profesional reconoce que la vida cambia, que no está bien emocionalmente, no se debe dilatar el tiempo de espera hasta pedir asesoría. Para el profesional que esté en contacto permanente con el usuario y sospecha del trastorno la primera medida es acercarse a la unidad de salud ocupacional para ser valorado y si es el caso referir al especialista adecuado quien evaluará las situaciones que generan el estrés y la ansiedad en el trabajador para tomar decisiones y medidas adecuadas para reducir y mejorar la vida del profesional.
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