Leche materna, una forma de compartir con ternura la vida
Hace un par de meses, Gloria, de 19 años, madre de un bebé de 9 meses, llegó al banco de leche del hospital General Docente de Calderón (HGDC) ya que se enteró de este servicio al visitar a su padre hospitalizado, debido a una neumonía. En una de sus visitas le llamó la atención el rótulo del Banco de Leche y se acercó para obtener información.
Es así que se contactó con los profesionales del HGDC, quienes al día siguiente de su visita llegaron hasta su casa para capacitarla sobre el proceso de donación de leche materna.
“Tenía un montón de leche hasta para botar… los pechos se hinchaban y había dolor. Cuando empecé a donar conocí que habían formas de extraer la leche para evitar ese dolor y que además podía apoyar a otras mamás con sus bebés donando mi leche”
Como indica la Dra. Rocío Caicedo, coordinadora técnica de nutrición del HGDC “las visitas domiciliarias empiezan cuando la madre acepta ser donante de leche materna, enseguida se explica a las madres el procedimiento para la extracción haciendo mucho énfasis en las medidas de higiene que debe practicar para la extracción y almacenamiento de la leche, incluso si es posible un profesional del Hospital visita su domicilio para guiar a la madre en encontrar el sitio preciso donde puede realizar la extracción, considerando la mayor higiene del espacio”
Cuando inició la donación de leche materna, Gloria recibió el kit para la extracción de la leche, que consiste en un gorro quirúrgico, mascarilla y frasco de vidrio estéril, donde extrae, almacena y congela la leche con un adhesivo con el nombre y la fecha de la donación.
Durante la visita que se realiza una vez por semana, se hace un seguimiento, donde se el personal de salud al Hospital consulta a la madre como se ha sentido con la extracción, si ha tenido algún inconveniente, si ha enfermado el hijo o ella, lo cual se podría convertir en una razón para que la madre no siga donando o determine la necesidad de atención médica, y también, la donante informa cuántos frascos necesita y entrega, los frascos llenos de leche congelada que son transportados al Banco de Leche Humana del Hospital General Docente de Calderón.
Para estar seguros que el bebé está creciendo bien, también se realiza medición del peso, de la talla del perímetro cefálico y se realiza un gráfico de datos en una curva de crecimiento para constatar que está tomando la cantidad de leche necesaria para su normal desarrollo. Así se tiene la certeza de que la leche producto de la donación es un excedente y que no se está quitando la leche necesaria para el adecuado crecimiento del bebé.
Para amamantar o donar leche, las madres deben cumplir con ciertos parámetros, para esto se levanta información con una historia clínica de lactancia, para conocer que las donantes están en condiciones adecuadas para serlo, para esto se les ha realizado exámenes de VIH, sífilis, hepatitis y se confirma que no haya antecedentes de enfermedades congénitas o genéticas que contraindiquen el amamantamiento.
Una vez recolectada la leche en los domicilios de las donantes, se congela la leche cruda por 8 días adicionales a los que ya pasó en la casa de la donante. Se hace un reconocimiento de las características físicas de la leche, donde se observa que no tenga contaminación, es decir que ha cumplido con la higiene necesaria.
De ser así, se lleva la leche a un proceso de pasteurización que consiste en ponerla en baño maría a 62ºC por 30 minutos, ante lo que el calor que penetra, elimina todas las bacterias que potencialmente pueda tener la leche. Luego, recibe un baño maría frío a 5ºC para evitar que la leche caliente se mantenga caliente y evitar pérdidas nutricionales con el calor residual.
Así, la leche materna donada está en óptimas condiciones para ser utilizada sin embargo, posterior a esto y con la finalidad de tener una doble seguridad en el procedimiento, se extrae una pequeña porción de la leche ya pasteurizada y se realiza un cultivo apto para el crecimiento bacteriano. Cuando este sale positivo 24 horas después, se revisan los resultados y si no ha existido crecimiento bacteriano la leche está lista para distribuir a los niños, según la necesidad del área de Neonatología del Hospital.
En este espacio, se alimenta primero a los niños que se encuentran hospitalizados por ser prematuros extremos, que son niños con mayor posibilidad de enfermarse y que por su alto nivel de fragilidad, pueden presentar fácilmente infecciones; o en otros casos, necesitan leche materna donada porque la condición de sus mamás no le permite dar de lactar, ya que quizá han dado a luz por cesárea y se les ha retrasado la fase de producción de leche lo cual imposibilita el amamantamiento. Así en el Hospital hasta julio de 2016 se lograron recolectar y procesar 150 litros de leche donada, que beneficiaron la alimentación de más de 200 recién nacidos en Neonatología.
Mientras esto sucede, Gloria amamanta a su bebé y comparte su experiencia como mamá donadora, y sonriendo dice que la hace sentir que puede ayudar, se siente más tranquila al salvar el hambre que pueda sentir otro bebé y piensa que así colabora en disminuir la angustia de aquellas mamitas, que por distintas circunstancias, no pueden alimentar a sus bebés recién nacidos.
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